Hechos los mates para honrar este blog con una Piporé suave y 40 grados de sensación térmica, me dispongo finalmente a contar mi primer retorno a este país, ya como ficante (de ficar: estar, pero también de romancear)
La visual desde el último asiento del colectivo, una vez pasado Sao José, ahí nomás de Sao Paulo, empezó a demostrarme que estaba nuevamente en camino a esa ciudad que me hace sentir dueña de ella…y de mí.
Mientras pasaba plantas verdes y gigantes, casitas de colores con ventanitas de madera, y comenzaba a ver el mar, pasaron por mi cabeza miles de cosas. Los viejos en viaje de vuelta aún (es injusto lo que se demora por las rutas terrestres!, yo ya estaba en otro país!). Pensaba en ellos, en lo lindo que fue compartir todo este tiempo juntos, tantas emociones, alegrías, tristezas… en lo bueno y paradójico que fue que, por primera vez en muchos años, podía estar con ellos más de un mes!!!! Que mi calendario me lo movieran los momentos importantes para compartir en familia, el cumple de 60 de mi vieja, las fiestas, y el cumple de Seba, y no mi planificación anual de los 15 efímeros y complicados días.
Me fui….vuelvo!!!!!
Pensaba si alguien me esperaría en la terminal. Pensaba si lograría adaptarme a esta manga de desalineados sistemáticos que pasaron a formar mi familia paratiense.
Recordaba lo difícil que me resultaba alinearlos para recibir a alguien o despedir a alguien, y pensé en no hacerme muchas ilusiones. Dicho y hecho: miré por la ventana entrando a la terminal (de aquí en más Rodoviaria o Rodo), y no había nadie esperando en mi plataforma…
Vivi y Charly: “Estábamos esperándote, nos dio calor, y decidimos tomar una cervecita. Ahí vimos que llegaba tu bondi, pero nos quedaba cerveza en la botella! Así que no sabíamos si dejar la cerveza…o qué…y bueno, entre que pedimos los vasos descartables para vaciarla y todo, llegamos tarde…”
Todo esto, por supuesto, sin ningún tipo de cargo de conciencia!.
Mientras pedimos la primera cervecita de bemvinda se ve llegar desde la esquina a la Flor!!! Caminando con su estilo tranqui paratiense, y los chicos que preguntan: La trajiste????
Claaaaaaaaaaaaaaaro!!!! La bandera de bienvenida!!!! Esto es Paraty! Por eso me encanta! Llegué antes que el estandarte de Bienvenida que mis amigos dedicadamente me hicieron en tela, pintada. Me sentí tan afortunada!!!!!
Luego de una merecida puesta al día, abrazos y fotos, fuimos a casa, a dejar el arsenal viajante.
El día comienza con una inesperada y gloriosa idea: Toda la galera (grupo de amigos), parte hacia Ilha do Pelado, que tiene para mí los mejores recuerdos, ya que la vez que fui, fue con los viejos, a festejar los 61 años del pelado oficial de mi vida: MI PAPÁ.
Día maravilloso, de aguas cálidas, transparentes hasta el infinito, amigos, cerveza, música y buena onda. Hablando de música, una nota linda, jeje: Reencuentro con el Dami! Rasta genial que llegó junto con Juancito, mi parceiro de guitarra, haciendo sonar las calles de Paraty, pero en un giro inesperado, había decidido abandonarnos por un tiempo.
Los planes van mudando, y surgió un asadito en Jabaquara, en la casa de unos amigos, donde llegaron muchos amigos, y nos demoramos hasta la 1 de la mañana… cuando llegamos a la pizzería, ya quedaban unos pocos valientes esperando a la agasajada, que…se demoró. Por supuesto, ningún ofendido, jajjajaja, acá no hay forma de ofenderse por cuestiones de tiempo!!!
La noche fue increíble, la luna estaba taaaaaan llena, que no se necesitaban linternas!!! Comidita a la luz de las velas con los piecitos en la arena, un pescaditos, unas lulas (rabas) dorê, y unas Itaipavas. Marcos, un personaje lindo de Ponta Negra, ex ciudadano de Sao Paulo, exitoso organizador de eventos que se cansó de hacer fiestas glamourosas para las mejores marcas mundiales, nos dio uno de sus chalets rústicos frente a la playa, con hamaca paraguaya, reposeras, y un deck de bamboo que añoraría cualquier ser humano consciente!
La caminata al día siguiente fue terribleeeeeee, muuuucha subida, vertiginosas bajadas que a la vuelta se convierten en vertiginosas subidas, y dos horas para ir…dos para volver. Satisfactoriamente, encontramos a unos alemanes, que a través de nuestra guía, habían llegado hasta ahí en busca de esa misma cachoeira, o llegar a Martín de Sá…entienden lo que es???? Encontramos a dos personas que llegaron hasta ahí por nuestra guía!!!!!!!!!!! WAAAAAAAA, satisfacción total!!!!
Merienda mirando el mar, vuelta a casa en botecito a motor por el gigante mar azul viendo como empezaba a esconderse el sol, y ahora sí: vuelta a la vida normal!!!! (…de Paraty!).